Jueces, 5
26. Con su mano cogió el clavo, con la derecha el martillo de los trabajadores. Le golpeó, le rompió la cabeza, le atravesó la sien.
26. Con su mano cogió el clavo, con la derecha el martillo de los trabajadores. Le golpeó, le rompió la cabeza, le atravesó la sien.
“Resigna-te a ser neste momento uma pequena abelha. E enquanto esperas ser uma grande abelha, ágil, hábil, capaz de fabricar bom mel, humilha-te com muito amor perante Deus e os homens, pois Deus fala aos que se mantêm diante dele humildemente”. São Padre Pio de Pietrelcina