1. Yavé envió al profeta Na tán donde David. Natán en tró donde el rey y le dijo: «En una ciu dad había dos hombres; uno era rico y el otro, pobre.





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina