Fondare 370 Risultati per: Agua

  • En cambio, si se arroja agua sobre la semilla y algo de esos cadáveres cae sobre ella, ustedes deberán tenerla por impura. (Levítico 11, 38)

  • Luego mandará que uno de los pájaros sea inmolado sobre una vasija de barro, que contenga agua proveniente de un manantial. (Levítico 14, 5)

  • Entonces tomará el pájaro vivo, la madera de cedro, la púrpura escarlata y el hisopo, y los mojará en la sangre del pájaro inmolado sobre el agua del manantial. (Levítico 14, 6)

  • El que se purifica lavará su ropa, se afeitará todo el pelo, se bañará con agua, y quedará puro. Después de esto podrá entrar en el campamento, pero tendrá que permanecer siete días fuera de su carpa. (Levítico 14, 8)

  • Al séptimo día se afeitará todo el pelo -el cabello, la barba, las cejas y todo el resto del pelo- volverá a lavar su ropa, bañará su cuerpo con agua, y quedará puro. (Levítico 14, 9)

  • Primero inmolará uno de los pájaros sobre una vasija de barro que contenga agua proveniente de un manantial. (Levítico 14, 50)

  • Después tomará la madera de cedro, el hisopo, la púrpura escarlata y el pájaro vivo: los sumergirá en la sangre del pájaro inmolado y en el agua del manantial, y hará siete aspersiones sobre la casa. (Levítico 14, 51)

  • Y una vez eliminado el pecado de la casa con la sangre del pájaro, con el agua del manantial, con el pájaro vivo, con la madera de cedro, con el hisopo y con la púrpura escarlata, (Levítico 14, 52)

  • El que toque su lecho deberá lavar su ropa, se bañará con agua y será impuro hasta la tarde. (Levítico 15, 5)

  • El que se siente en un mueble donde se haya sentado ese hombre, deberá lavar su ropa y bañarse con agua, y será impuro hasta la tarde. (Levítico 15, 6)

  • El que toque el cuerpo del hombre que tiene el flujo, deberá lavar su ropa y bañarse con agua, y será impuro hasta la tarde. (Levítico 15, 7)

  • Si el enfermo escupe a una persona pura, esta deberá lavar su ropa y bañarse con agua, y será impura hasta la tarde. (Levítico 15, 8)


“Deus quer que as suas misérias sejam o trono da Sua misericórdia.” São Padre Pio de Pietrelcina