Fondare 54 Risultati per: Cimientos

  • Porque se ha encendido el fuego de mi ira y arderá hasta el fondo del abismo; consumirá la tierra y sus cosechas y abrasará los cimientos de las montañas. (Deuteronomio 32, 22)

  • En aquel tiempo Josué hizo pronunciar el siguiente juramento delante del Señor: "¡Maldito el hombre que intente reconstruir esta ciudad de Jericó! ¡Pondrá los cimientos sobre su primogénito, y colocará las puertas sobre su hijo menor!". (Josué 6, 26)

  • Al proferir tus amenazas, Señor, al soplar el vendaval de tu ira, aparecieron los cauces del mar y quedaron a la vista los cimientos del mundo. (II Samuel 22, 16)

  • El rey mandó extraer grandes bloques de piedras, bien seleccionadas, para poner con piedras talladas los cimientos de la Casa. (I Reyes 5, 31)

  • Todas estas construcciones estaban hechas con piedras seleccionadas, talladas a medida, cortadas con la sierra tanto del lado interior como del exterior, y esto, desde los cimientos hasta las cornisas y, por fuera, hasta el patio grande. (I Reyes 7, 9)

  • También los cimientos eran de piedras seleccionadas, grandes piedras de cinco y cuatro metros. (I Reyes 7, 10)

  • Sobre los cimientos, había piedras seleccionadas, talladas a medida, y madera de cedro. (I Reyes 7, 11)

  • En su tiempo, Jiel de Betel reconstruyó Jericó: poner los cimientos le costó la vida de Abirám, su primogénito, y asentar las puertas le costó la vida de Segub, su hijo menor, conforme a la palabra que había pronunciado el Señor por medio de Josué, hijo de Nun. (I Reyes 16, 34)

  • Así se llevó a cabo toda la obra de Salomón, desde el día en que se pusieron los cimientos de la Casa del Señor hasta su terminación. La Casa del Señor quedó totalmente concluida. (II Crónicas 8, 16)

  • Desde el primer día del séptimo mes, se comenzó a ofrecer holocaustos al Señor, cuando todavía no se habían puesto los cimientos del Templo del Señor. (Esdras 3, 6)

  • Una vez que los constructores pusieron los cimientos del Templo del Señor, se presentaron los sacerdotes, revestidos y con trompetas, y también los levitas, hijos de Asaf, con sus címbalos, para alabar al Señor, según lo establecido por David, rey de Israel. (Esdras 3, 10)

  • Ellos cantaban al Señor, alabándolo y dándole gracias: "Porque él es bueno, porque es eterno su amor hacia Israel". Y todo el pueblo prorrumpía en grandes aclamaciones, alabando al Señor, porque se ponían los cimientos de la Casa del Señor. (Esdras 3, 11)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina