Fondare 83 Risultati per: Debía

  • Entonces el Señor Dios modeló con arcilla del suelo a todos los animales del campo y a todos los pájaros del cielo, y los presentó al hombre para ver qué nombre les pondría. Porque cada ser viviente debía tener el nombre que le pusiera el hombre. (Génesis 2, 19)

  • Nunca te llevé un animal despedazado por las fieras: yo mismo debía reparar la pérdida, porque tú me reclamabas lo que había sido robado tanto de día como de noche. (Génesis 31, 39)

  • Pero ellos replicaron: "Y nuestra hermana, ¿debía ser tratada como una prostituta?". (Génesis 34, 31)

  • A medianoche, el Señor exterminó a todos los primogénitos en el país de Egipto, desde el primogénito del Faraón -el que debía sucederle en el trono- hasta el primogénito del que estaba preso en la cárcel, y a todos los primogénitos del ganado. (Exodo 12, 29)

  • Moisés tomó la Carpa, la instaló fuera del campamento, a una cierta distancia, y la llamó Carpa del Encuentro. Así, todo el que tenía que consultar al Señor debía dirigirse a la Carpa del Encuentro, que estaba fuera del campamento. (Exodo 33, 7)

  • Al este, frente a la Morada, delante de la Carpa del Encuentro, acampaban Moisés, Aarón y sus hijos, que realizaban las tareas del Santuario, en favor de los israelitas. Cualquier extraño que se acercara debía ser castigado con la muerte. (Números 3, 38)

  • Entonces fue puesto bajo custodia, porque no estaba determinado lo que se debía hacer con él. (Números 15, 34)

  • dirás en presencia del Señor, tu Dios: "Yo saqué de mi casa lo que debía ser consagrado, y se lo di al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda, conforme al mandamiento que tú me diste, sin quebrantar ni olvidar ninguno de tus preceptos. (Deuteronomio 26, 13)

  • Israel ha pecado: ellos han transgredido mi alianza, la que yo les impuse. Se han quedado con algo que debía ser consagrado al exterminio: se han atrevido a robarlo, a esconderlo y a reservarlo para su uso personal. (Josué 7, 11)

  • Así debía ser castigado el crimen cometido contra los setenta hijos de Ierubaal, y su sangre debía recaer sobre su hermano Abimélec, que los había matado, y sobre los señores de Siquém, que habían sido cómplices en la matanza de sus hermanos. (Jueces 9, 24)

  • y añadió: "Me entregó esta media bolsa de cebada, diciéndome que no debía volver con las manos vacías a la casa de mi suegra". (Rut 3, 17)

  • Y cuando llegó el momento en que David debía casarse con Merab, la hija de Saúl, se la dieron como esposa a Adriel de Mejolá. (I Samuel 18, 19)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina