Fondare 17 Risultati per: Insultos

  • Trátame ahora como mejor te parezca: retírame el aliento de vida, para que yo desaparezca de la tierra y quede reducido a polvo. Más me vale morir que vivir, porque he escuchado reproches injustos y estoy agobiado por la tristeza. Líbrame, Señor, de tanta opresión, déjame partir hacia la morada eterna y no apartes de mí tu rostro, Señor. Es preferible para mí la muerte, antes que ver tanta opresión en mi vida y seguir escuchando insultos". (Tobías 3, 6)

  • Aquel día, Sara se entristeció mucho, se puso a llorar y subió a la habitación de su padre, con la intención de ahorcarse. Pero luego pensó: "¿Y si esto da motivo a que insulten a mi padre y le digan: ‘Tú no tenías más que una hija querida, y ella se ha ahorcado por sus desgracias’? No quiero que por culpa mía mi anciano padre baje a la tumba lleno de tristeza. Mejor será que no me ahorque, sino que pida al Señor que me haga morir. Así no oiré más insultos en mi vida". (Tobías 3, 10)

  • ¡Líbrame de esta tierra, para que no oiga más insultos! (Tobías 3, 13)

  • no he manchado mi nombre ni el nombre de mi padre, en el país de mi destierro. Soy la única hija de mi padre; él no tiene otro hijo que sea su heredero, ni tiene hermanos ni pariente cercano a quien darme como esposa. Ya he perdido siete maridos, ¿por qué debo vivir todavía? Si no quieres hacerme morir, Señor, mírame y compadécete de mí, para que no tenga que oír más insultos". (Tobías 3, 15)

  • por los gritos de desprecio y los insultos, por el enemigo sediento de venganza. (Salmos 44, 17)

  • Recuerda, Señor, las afrentas de tu servidor: yo tengo que soportar los insultos de los pueblos. (Salmos 89, 51)

  • Echa al insolente y cesará la pelea: no habrá más discordias ni insultos. (Proverbios 22, 10)

  • Antes del fuego, hay en el horno vapor y humo: así preceden los insultos a la sangre derramada. (Eclesiástico 22, 24)

  • Sarcasmos e insultos son propios de los soberbios, pero el castigo los acecha como un león. (Eclesiástico 27, 28)

  • Si llegan a pagar, el acreedor recibe apenas la mitad y tiene que aceptarlo como un favor. Si no, lo despojan de sus riquezas, y él se gana inútilmente un enemigo que le paga con maldiciones e insultos y le devuelve desprecio en vez de honrarlo. (Eclesiástico 29, 6)

  • Ya que su ignominia fue el doble de la cuenta y recibieron como parte vergüenza e insultos, ellos poseerán el doble en su tierra y gozarán de una alegría eterna. (Isaías 61, 7)

  • Has escuchado sus insultos, Señor, todos sus planes contra mí. (Lamentaciones 3, 61)


“Devemos odiar os nossos pecados, visto que o amor ao Senhor significa paz”. São Padre Pio de Pietrelcina