Fondare 22 Risultati per: Montes

  • el ciervo, la gacela, el venado, la cabra montés, el íbice, el antílope y la gamuza. (Deuteronomio 14, 5)

  • Por eso, los señores de Siquém preparaban emboscadas contra él en las cimas de los montes, y saqueaban a todos los que pasaban por allí. Abimélec fue informado de todo esto. (Jueces 9, 25)

  • Al ver las tropas, Gaal dijo a Zebul: "Mira esa gente que baja de la cima de los montes". "Es la sombra de los montes, y a ti te parecen hombres", le respondió Zebul. (Jueces 9, 36)

  • También algunos gaditas se pasaron a David en el refugio del desierto; eran hombres valerosos, guerreros preparados para el combate, diestros en el manejo del escudo y la lanza, con rostros de león y rápidos como gacelas de los montes. (I Crónicas 12, 9)

  • Pero antes de cuarenta días, el rey fue asesinado por sus dos hijos, que luego huyeron a los montes de Ararat. Su hijo Asaradón, reinó en lugar de él y confió a Ajicar, hijo de mi hermano Anael, la contabilidad y la administración general del reino. (Tobías 1, 21)

  • Yo conozco los pájaros de los montes y tengo ante mí todos los animales del campo. (Salmos 50, 11)

  • los montes saltaron como carneros y las colinas, como corderos. (Salmos 114, 4)

  • Montes, ¿por qué saltan como carneros, y ustedes, colinas, como corderos? (Salmos 114, 6)

  • Aquel que poco antes, llevado de una jactancia sobrehumana, creía dictar ordenes a las olas del mar y pensaba pesar en la balanza las cimas de los montes, era llevado en camilla, después de haber caído en tierra. Así ponía de manifiesto a los ojos de todos el poder de Dios. (II Macabeos 9, 8)

  • ¡Ven conmigo del Líbano, novia mía, ven desde el Líbano! Desciende desde la cumbre del Amaná, desde las cimas del Sanir y del Hermón, desde la guarida de los leones, desde los montes de los leopardos. (Cantar 4, 8)

  • Crecí como un cedro en el Líbano y como un ciprés en los montes del Hermón; (Eclesiástico 24, 13)

  • Alza tus ojos a los montes desolados y mira: ¿dónde no has sido violada? Te sentabas a la espera junto a los caminos, como el árabe en el desierto; así has contaminado el país con tus prostituciones y tu maldad. (Jeremías 3, 2)


“Sigamos o caminho que nos conduz a Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina