Fondare 15 Risultati per: Penetra

  • Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvelo con un corazón íntegro y con ánimo generoso, porque el Señor sondea todos los corazones y penetra hasta el fondo de todos los pensamientos. Si lo buscas, él se dejará encontrar; pero si lo abandonas, él te rechazará para siempre. (I Crónicas 28, 9)

  • Sondéame, Dios mío, y penetra mi interior; examíname y conoce lo que pienso; (Salmos 139, 23)

  • libre, bienhechor, amigo de los hombres, firme, seguro, sereno, que todo lo puede, lo observa todo y penetra en todos los espíritus: en los inteligentes, los puros y hasta los más sutiles. (Sabiduría 7, 23)

  • La Sabiduría es más ágil que cualquier movimiento; a causa de su pureza, lo atraviesa y penetra todo. (Sabiduría 7, 24)

  • el que reflexiona sobre los caminos de la sabiduría y penetra en sus secretos! (Eclesiástico 14, 21)

  • conserva los dichos de los hombres famosos y penetra en las sutilezas de las parábolas; (Eclesiástico 39, 2)

  • Él sondea el abismo y el corazón, y penetra en sus secretos designios, porque el Altísimo posee todo el conocimiento y observa los signos de los tiempos. (Eclesiástico 42, 18)

  • Cuando yo quería sanar a Israel, se reveló la culpa de Efraím, las maldades de Samaría. Sí, ellos obran de mala fe; el ladrón penetra en la casa, mientras una banda despoja afuera. (Oseas 7, 1)

  • Al oírlo, se conmovieron mis entrañas, ante el fragor, balbucean mis labios; la caries penetra en mis huesos y debajo de mí tiemblan mis pasos. Espero tranquilo el día de la angustia, que le sobrevendrá al pueblo que nos ataca. (Habacuc 3, 16)

  • Yo sé que ustedes son descendientes de Abraham, pero tratan de matarme porque mi palabra no penetra en ustedes. (Juan 8, 37)

  • Dios nos reveló todo esto por medio del Espíritu, porque el Espíritu lo penetra todo, hasta lo más íntimo de Dios. (I Corintios 2, 10)

  • Hay un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, lo penetra todo y está en todos. (Efesios 4, 6)


“Amar significa dar aos outros – especialmente a quem precisa e a quem sofre – o que de melhor temos em nós mesmos e de nós mesmos; e de dá-lo sorridentes e felizes, renunciando ao nosso egoísmo, à nossa alegria, ao nosso prazer e ao nosso orgulho”. São Padre Pio de Pietrelcina