Fondare 71 Risultati per: Tomaron

  • los hijos de Dios vieron que estas eran hermosas, y tomaron como mujeres a todas las que quisieron. (Génesis 6, 2)

  • Entonces Sem y Jafet tomaron un manto, se lo pusieron los dos sobre la espalda y, caminando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre. Como sus rostros miraban en sentido contrario, no vieron a su padre desnudo. (Génesis 9, 23)

  • Como él no salía de su asombro, los hombres lo tomaron de la mano, lo mismo que a su esposa y a sus dos hijas, y lo sacaron de la ciudad para ponerlo fuera de peligro, porque el Señor tuvo compasión de él. (Génesis 19, 16)

  • Pero sus hermanos, al ver que lo amaba más que a ellos, le tomaron tal odio que ni siquiera podían dirigirle el saludo. (Génesis 37, 4)

  • lo tomaron y lo arrojaron a la cisterna, que estaba completamente vacía. (Génesis 37, 24)

  • Entonces tomaron la túnica de José, degollaron un cabrito, y empaparon la túnica con sangre. (Génesis 37, 31)

  • Ellos recogieron los regalos, tomaron una doble cantidad de dinero, y bajaron a Egipto llevándose a Benjamín. En seguida fueron a presentarse delante de José, (Génesis 43, 15)

  • Como Moisés tenía los brazos muy cansados, ellos tomaron una piedra y la pusieron donde él estaba. Moisés se sentó sobre la piedra, mientras Aarón y Jur le sostenían los brazos, uno a cada lado. Así sus brazos se mantuvieron firmes hasta la puesta del sol. (Exodo 17, 12)

  • Nadab y Abihú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, pusieron fuego en ellos y echaron incienso encima; pero el fuego que presentaron delante del Señor era un fuego profano, contrariamente a lo que él les había mandado. (Levítico 10, 1)

  • Los israelitas tomaron cautivas a las mujeres y a los hijos de los madianitas, y se llevaron como botín todos sus animales, sus rebaños y sus bienes. (Números 31, 9)

  • A la mañana siguiente, Josué se levantó de madrugada y los sacerdotes tomaron el Arca del Señor. (Josué 6, 12)

  • Entonces el pueblo lanzó un fuerte grito y se tocaron las trompetas. Al oír el sonido de las trompetas, el pueblo prorrumpió en un griterío ensordecedor, y el muro se desplomó sobre sí mismo. En seguida el pueblo acometió contra la ciudad, cada uno contra lo que tenía adelante, y la tomaron. (Josué 6, 20)


“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina