Fondare 374 Risultati per: Jacob

  • Y Zilpá, la esclava de Lía, dio a Jacob un hijo. (Génesis 30, 10)

  • Zilpá, la esclava de Lía, dio a Jacob un segundo hijo, (Génesis 30, 12)

  • Respondióle: «¿Es poco habertte llevado mi marido, que encima vas a llevarte las mandrágoras de mi hijo?» Dijo Raquel: «Sea: que se acueste contigo Jacob esta noche, a cambio de las mandrágoras de tu hijo.» (Génesis 30, 15)

  • A la tarde, cuando Jacob volvió del campo, sale Lía a su encuentro y le dice: «Tienes que venir conmigo porque he pagado por ti unas mandrágoras de mi hijo.» Y él se acostó con ella aquella noche. (Génesis 30, 16)

  • Dios oyó a Lía, que concibió y dio un quinto hijo a Jacob. (Génesis 30, 17)

  • Lía concibió otra vez y dio el sexto hijo a Jacob. (Génesis 30, 19)

  • Cuando Raquel hubo dado a luz a José, dijo Jacob a Labán: «Déjame que me vaya a mi lugar y a mi tierra. (Génesis 30, 25)

  • Dijo Labán: «¿Qué he de darte?» Respondió Jacob: «No me des nada. Si haces por mí esta, volveré a apacentar tu rebaño. Fíjate bien: (Génesis 30, 31)

  • interponiendo tres jornadas de camino entre él y Jacob. Este último apacentaba el resto del rebaño de Labán. (Génesis 30, 36)

  • Entonces Jacob se procuró unas vares verdes de álamo, de almendro y de plátano, y labró en ellas unas muescas blancas, dejando al descubierto lo blanco de las varas, (Génesis 30, 37)

  • Luego separó Jacob los machos, echándolos a lo listado y negro que ahora había en el rebaño de Labán, y así se fue formando unos hatajos propios, que no mezclaba con el rebaño de Labán. (Génesis 30, 40)

  • Además, siempre que se calentaban las reses vigorosas, poníales Jacob las varas ante los ojos en las pilas, para que se calentaran bajo el influjo de las varas; (Génesis 30, 41)


“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina