Fondare 55 Risultati per: Ramá

  • Hijos de Kus: Seba, Javilá, Sabtá, Ramá y Sabteká. Hijos de Ramá: Seba y Dedán. (Génesis 10, 7)

  • «Habla a los israelitas. Que te den una rama por cada familia paterna: que entre todos los principales, en representación de sus familias paternas, de den doce ramas. Y escribe el nombre de cada uno en su rama. (Números 17, 17)

  • En la rama de Leví escribe el nombre de Aarón, pues ha de haber también una rama para el jefe de la familia de Leví. (Números 17, 18)

  • El hombre cuya rama retoñe, será el que yo elijo. Así dejarán de llegar hasta mí las murmuraciones que los israelitas profieren contra vosotros.» (Números 17, 20)

  • Moisés habló a los israelitas, y cada uno de los principales le dio una rama, doce ramas, en representación de todas las familias paternas. Entre sus ramas estaba también la rama de Aarón. (Números 17, 21)

  • Al día siguiente, cuando entró Moisés en la Tienda del Testimonio, vio que había retoñado la rama de Aarón, por la casa de Leví: le habían brotado yemas, había florecido y había producido almrendras. (Números 17, 23)

  • Moisés sacó todas las ramas de la presencia de Yahveh, ante los israelitas; las vieron, y tomarón cada uno su rama. (Números 17, 24)

  • Entonces dijo Yahveh a Moisés: «Vuelve a poner la rama de Aarón delante del Testimonio, para guardarla como señal para los rebeldes: acabará con las murmuraciones, que no llegarán ya hasta mí, y así no morirán.» (Números 17, 25)

  • Haz que se acerquen también contigo tus hermanos de la rama de Leví, de la tribu de tu padre. Que sean tus ayudantes y te sirvan a ti y a tus hijos, delante de la Tienda del Testimonio. (Números 18, 2)

  • Gabaón, Ramá, Beerot, (Josué 18, 25)

  • Adémas todas las aldeas de los alrededores de estas ciudades hasta Baalat Beer, Ramá del Négueb. Esa fue la heredad de la tribu de los hijos de Simeón, por clanes. (Josué 19, 8)

  • El límite volvía a Ramá y hasta la plaza fuerte de Tiro y hasta Josá, e iba a terminar en el mar. Majaleb, Akzib, (Josué 19, 29)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina