Fondare 283 Risultati per: Sabiduría

  • Y como viese la mujer que el árbol era bueno para comer, apetecible a la vista y excelente para lograr sabiduría, tomó de su fruto y comió, y dio también a su marido, que igualmente comió. (Génesis 3, 6)

  • Hablarás tú con todos los artesanos hábiles a quienes he llenado de espíritu de sabiduría; ellos harán las vestiduras de Aarón para que sea consagrado sacerdote mío. (Exodo 28, 3)

  • Guardadlos y practicadlos, porque ellos son vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos que, cuando tengan noticia de todos estos preceptos, dirán: «Cierto que esta gran nación es un pueblo sabio e inteligente.» (Deuteronomio 4, 6)

  • Josué, hijo de Nun, estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés le había impuesto las manos. A él obedecieron los israelitas, cumpliendo la orden que Yahveh había dado a Moisés. (Deuteronomio 34, 9)

  • No multipliquéis palabras altaneras. No salga de vuestra boca la arrogancia. Dios de sabiduría es Yahveh, suyo es juzgar las acciones. (I Samuel 2, 3)

  • Todo Israel oyó el juicio que hizo el rey y reverenciaron al rey, pues vieron que había en él una sabiduría divina para hacer justicia. (I Reyes 3, 28)

  • Dios concedió a Salomón sabiduría e inteligencia muy grandes y un corazón tan dilatado como la arena de la orilla del mar. (I Reyes 5, 9)

  • La sabiduría de Salomón era mayor que la sabiduría de todos los hijos de Oriente y que toda la sabiduría de Egipto. (I Reyes 5, 10)

  • Venían de todos los pueblos para oír la sabiduría de Salomón, y de parte de todos los reyes de la tierra que tuvieron noticia de su sabiduría. (I Reyes 5, 14)

  • Yahveh dio sabiduría a Salomón, como se lo había prometido, y hubo paz entre Jiram y Salomón pactando una alianza entrambos. (I Reyes 5, 26)

  • Cuando la reina de Sabá vio toda la sabiduría de Salomón y la casa que había edificado, (I Reyes 10, 4)

  • y dijo al rey: «¡Verdad es cuanto oí decir en mi tierra de tus palabras y tu sabiduría! (I Reyes 10, 6)


“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina