Fondare 113 Risultati per: Sucedió

  • Y sucedió que estando ya el sol para ponerse, cayó sobre Abram un sopor, y de pronto le invadió un gran sobresalto. (Génesis 15, 12)

  • Sucedió por aquel tiempo que Abimélek, junto con Pikol, capitán de su tropa, dijo a Abraham: «Dios está contigo en todo lo que haces. (Génesis 21, 22)

  • Después de estas cosas sucedió que Dios tentó a Abraham y le dijo: «¡Abraham, Abraham!» El respondió: «Heme aquí.» (Génesis 22, 1)

  • Sucedió que, en medio de los apuros del parto, le dijo la comadrona: «¡Animo, que también este es hijo!» (Génesis 35, 17)

  • Sucedió por entonces, mientras Israel residía en aquel país, que fue Rubén y se acostó con Bilhá, la concubina de su padre, e Israel se enteró de ello. Los hijos de Jacob fueron doce. (Génesis 35, 22)

  • Tiempo más tarde sucedió que la mujer de su señor se fijó en José y le dijo: «Acuéstate conmigo.» (Génesis 39, 7)

  • Después de estas cosas sucedió que el escanciador y el panadero del rey de Egipto ofendieron a su señor, el rey de Egipto. (Génesis 40, 1)

  • Sucedió tras esto que se le dijo a José: «Mira que tu padre está malo.» Entonces él tomó consigo a sus dos hijos Manasés y Efraím, (Génesis 48, 1)

  • Y sucedió que en el camino le salió al encuentro Yahveh en el lugar donde pasaba la noche y quiso darle muerte. (Exodo 4, 24)

  • Y sucedió que, a media noche, Yahveh hirió en el país de Egipto a todos los primogénitos, desde el primogénito de Faraón, que se sienta sobre su trono, hasta el primogénito del preso en la cárcel, y a todo primer nacido del ganado. (Exodo 12, 29)

  • Y sucedió que, mientras Moisés tenía alzadas las manos, prevalecía Israel; pero cuando las bajaba, prevalecía Amalec. (Exodo 17, 11)

  • Pero sucedió que algunos hombres estaban impuros por contacto de cadáver humano y no podían celebrar la Pascua aquel día. Se presentaron a Moisés y Aarón el mismo día (Números 9, 6)


“Quando a videira se separa da estaca que a sustenta, cai, e ao ficar na terra apodrece com todos os cachos que possui. Alerta, portanto, o demônio não dorme!” São Padre Pio de Pietrelcina