Fondare 20 Risultati per: soberano

  • Es soberano de temible fuerza el que hace reinar la paz en sus alturas. (Job 25, 2)

  • El rey mandó a soltarle, el soberano de pueblos, a dejarle libre; (Salmos 105, 20)

  • le erigió señor sobre su casa, y de toda su hacienda soberano, (Salmos 105, 21)

  • Estaba ya allí mismo con su guardia junto al Tesoro, cuando el Soberano de los Espíritus y de toda Potestad, se manifestó en su grandeza, de modo que todos los que con él juntos se habían atrevido a acercarse, pasmados ante el poder de Dios, se volvieron débiles y cobardes. (II Macabeos 3, 24)

  • Antíoco estaba engreído en su pensamiento, sin considerar que el Soberano estaba irritado por poco tiempo a causa de los pecados de los habitantes de la ciudad y por eso desviaba su mirada del Lugar. (II Macabeos 5, 17)

  • Por esto, también el mismo Lugar, después de haber participado de las desgracias acaecidas a la nación, ha tenido luego parte en sus beneficios; y el que había sido abandonado en tiempo de la cólera del Todopoderoso, de nuevo en tiempo de la reconciliación del gran Soberano, ha sido restaurado con toda su gloria. (II Macabeos 5, 20)

  • Pues con las demás naciones el Soberano, para castigarlas, aguarda pacientemente a que lleguen a colmar la medida de sus pecados; pero con nosotros ha decidido no proceder así, (II Macabeos 6, 14)

  • Pero aquel malvado rogaba al Soberano de quien ya no alcanzaría misericordia, prometiendo (II Macabeos 9, 13)

  • Aquel hombre tres veces malvado preguntó si en el cielo había un Soberano que hubiera prescrito celebrar el día del sábado. (II Macabeos 15, 3)

  • Ellos le replicaron: «Es el mismo Señor que vive como Soberano en el cielo el que mandó observar el día séptimo.» (II Macabeos 15, 4)

  • Entonces el otro dijo: «También yo soy soberano en la tierra: el que ordena tomar las armas y prestar servicio al rey.» Sin embargo no pudo realizar su malvado designio. (II Macabeos 15, 5)

  • Decía su invocación de la siguiente forma: «Tú, Soberano, enviaste tu ángel a Ezequías, rey de Judá, que dio muerte a cerca de 185.000 hombres del ejército de Senaquerib; (II Macabeos 15, 22)


O Pai celeste está sempre disposto a contentá-lo em tudo o que for para o seu bem”. São Padre Pio de Pietrelcina