Fondare 22 Risultati per: Viejos

  • Abrahán y Sara eran viejos, muy entrados en años, y Sara ya no tenía el período de las mujeres. (Génesis 18, 11)

  • Y entregaron al exterminio todo lo que había en la ciudad, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, incluso los bueyes, ovejas y asnos, pasándolos a filo de espada. (Josué 6, 21)

  • recurrieron por su parte a la estratagema. Se pusieron en camino, con provisiones, y colocaron sobre sus asnos sacos viejos y odres viejos de vino, rotos y remendados. (Josué 9, 4)

  • Llevaban sandalias usadas y remendadas, y vestidos viejos. Todo el pan que llevaban para su comida estaba duro y hecho migas. (Josué 9, 5)

  • estos odres de vino eran nuevos cuando los llenamos, y ahora están rotos; nuestras sandalias y nuestros vestidos se han hecho viejos de tanto caminar". (Josué 9, 13)

  • Los correos llevaron a todas las provincias del reino las cartas que mandaban exterminar a todos los judíos, jóvenes y viejos, niños y mujeres, el mismo día, es decir, el trece del duodécimo mes, el mes adar, y confiscar todos sus bienes. (Ester 3, 13)

  • se retiraban los jóvenes al verme, y los viejos se levantaban y quedaban en pie; (Job 29, 8)

  • jóvenes y también doncellas, los viejos a una con los niños; (Salmos 148, 12)

  • En consecuencia, hubo una horrible matanza de jóvenes y viejos; fueron exterminados hombres, mujeres y niños, fueron pasados por la espada doncellas y niños de pecho. (II Macabeos 5, 13)

  • No desprecies al anciano, porque también nosotros nos haremos viejos. (Eclesiástico 8, 6)

  • así el rey de Asiria conducirá a los prisioneros de Egipto y a los viejos, desnudos y descalzos y con las posaderas descubiertas -vergüenza para Egipto-. (Isaías 20, 4)

  • Entonces las jóvenes se alegrarán bailando, jóvenes y viejos vivirán felices; cambiaré su luto en alegría; los consolaré, los alegraré después de su dolor. (Jeremías 31, 13)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina