II Samuel, 22
42. Imploraron, pero nadie los salvó; gritaban al Señor, pero no les respondía.
42. Imploraron, pero nadie los salvó; gritaban al Señor, pero no les respondía.
“O mais belo Credo é o que se pronuncia no escuro, no sacrifício, com esforço”. São Padre Pio de Pietrelcina