1. Si haces el bien, mira a quién lo haces, y tus favores no habrán sido perdidos.

2. Haz bien al hombre bueno, y tendrás recompensa; si no de él, al menos del altísimo.

3. No prosperará el que incita al mal y no ejercita la caridad.

4. Da al justo, y no acojas al pecador.

5. Haz el bien al humilde, y no des al malvado; niégale su pan y no se lo des, porque se tornará más fuerte que tú y te pagaría con doble mal todo el bien que le hagas.

6. Porque también el altísimo odia a los pecadores y castiga a los criminales.

7. Da al bueno, y no ayudes al malvado.

8. No se puede conocer al amigo en la prosperidad, ni en la adversidad se puede esconder al enemigo.

9. En la prosperidad de uno sus enemigos se entristecen, pero en su desgracia aun el amigo lo abandona.

10. No confíes en tu enemigo jamás, porque su maldad es como el bronce que se oxida.

11. Aunque se muestre humilde y obsequioso, ponte sobre aviso y guárdate de él. Haz con él como quien limpia un espejo y verás que no estaba todavía totalmente oxidado.

12. No lo pongas junto a ti, no sea que te derribe y ocupe tu puesto. No lo sientes a tu derecha, no sea que te quite la silla; entonces comprenderías mis consejos y te lamentarías al recordar mis advertencias.

13. ¿Quién se compadecerá del encantador mordido por la serpiente y del que anda con fieras?

14. Así es quien se acompaña del delincuente y se mezcla en sus delitos.

15. Mientras te mantengas en pie, no te traicionará; pero si te ve vacilar, no se refrenará más.

16. El enemigo habla con halago, pero en su corazón maquina arrojarte en la fosa. El enemigo tiene lágrimas en sus ojos, pero si llega la ocasión no se saciará de sangre.

17. Sacudirá la cabeza, batirá palmas, y murmurando entre dientes cambiará el semblante.





“Que o Espírito Santo guie a sua inteligência, faça-o descobrir a verdade escondida na Sagrada Escritura e inflame a sua vontade para praticá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina