12. Muchos de los sacerdotes, levitas y cabezas de familia, ya ancianos, que habían visto el primer templo y ahora veían con sus propios ojos que se echaban los cimientos de este otro templo, lloraban estrepitosamente, mientras que otros muchos daban gritos de alegría y júbilo.





“A prática das bem-aventuranças não requer atos de heroísmo, mas a aceitação simples e humilde das várias provações pelas quais a pessoa passa.” São Padre Pio de Pietrelcina