16. Hice temblar a las naciones por el estrépito de su caída, cuando le precipité en el seol, con los que bajan a la fosa. En los infiernos se consolaron todos los árboles de Edén, lo más selecto y más bello del Líbano, regados todos por las aguas.





“Rezai e continuai a rezar para não ficardes entorpecidos”. São Padre Pio de Pietrelcina