14. Una vez fue Rubén, al tiempo de la siega del trigo, y encontró en el campo unas mandrágoras que trajo a su madre Lía. Y dijo Raquel a Lía "«¿Quieres darme las mandrágoras de tu hijo?»





“De que vale perder-se em vãos temores?” São Padre Pio de Pietrelcina