Job, 5
5. Su cosecha la devora un hambriento, pues Dios se la quita de los dientes, y los sedientos absorben su fortuna.
5. Su cosecha la devora un hambriento, pues Dios se la quita de los dientes, y los sedientos absorben su fortuna.
“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina