23. Cuando hayáis entrado en la tierra y hayáis plantado árboles frutales de cualquier clase que sean, consideraréis sus frutos como si fueran incircuncisos; durante tres años los tendréis por incircuncisos y no los comeréis.





“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina