Znaleziono 29 Wyniki dla: Carmelo

  • Rey de Cadés; rey de Jocneam del Carmelo. (Josué 12, 22)

  • Elmelec, Amad y Mesal; llegan hasta el Carmelo al oeste y a Sijor Lebanat; (Josué 19, 26)

  • Se levantó de madrugada y fue en busca de Saúl. Le avisaron que Saúl había ido a Carmelo, donde se erigió un monumento; luego, siguiendo su camino, había bajado a Guilgal. (1 Samuel 15, 12)

  • Luego bajó David al desierto de Maón. Allí había un hombre que tenía su hacienda en Carmelo. Era un hombre muy rico y poseía millares de ovejas y cabras. (1 Samuel 25, 2)

  • y le envió a diez de sus muchachos, a los que dijo: «Suban a Carmelo y vayan a saludar a Nabal de parte mía. (1 Samuel 25, 5)

  • He sabido que estás esquilando. Acuérdate que en todo el tiempo que tus pastores estuvieron con nosotros no les hemos perjudicado en nada. Más aún, no les ha desaparecido nada durante todo el tiempo que estuvieron en Carmelo. (1 Samuel 25, 7)

  • Llegaron éstos a Carmelo, a casa de ella, y le dijeron: «David nos envía para proponerte que seas su esposa.» (1 Samuel 25, 40)

  • Y permanecieron con Aquís, él y sus hombres, cada cual con su familia; David con sus dos esposas, Ajinoam de Jezrael, y Abigail, esposa de Nabal de Carmelo. (1 Samuel 27, 3)

  • en Carmelo, a los de las ciudades de Jerajmeel, de los quenitas, (1 Samuel 30, 29)

  • David, pues, subió allí con sus dos esposas, Ajinoam, de Jezrael, y Abigaíl, la mujer de Nabal, de Carmelo. (2 Samuel 2, 2)

  • el segundo, Kilab, de Abigaíl, esposa de Nabal de Carmelo; el tercero, Absalón, hijo de Maacá, hija de Talmas, rey de Guesur; (2 Samuel 3, 3)

  • Elifelet, hijo de Ajasbay, de Maaká, Eliam, hijo de Ajitofel, de Guiló, Jesray de Carmelo, Paaray de Arab, (2 Samuel 23, 34)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina