Znaleziono 34 Wyniki dla: Hadad

  • Murió Husam y reinó en su lugar Hadad, hijo de Badad, el cual derrotó a Madián en los campos de Moab. El nombre de su ciudad era Avit. (Génesis 36, 35)

  • Murió Hadad y le sucedió en el reino Semla de Masreca. (Génesis 36, 36)

  • Yavé suscitó a Salomón un adversario de nombre Hadad, edomita, de la familia real de Edom. (1 Reyes 11, 14)

  • Pero Hadad logró escapar con algunos hombres edomitas de entre los servidores de su padre para irse a refugiar a Egipto. Hadad era entonces un niño de pocos años. (1 Reyes 11, 17)

  • Hadad cayó bien a Faraón, que le dio por esposa a la hermana de su mujer, la Gran Dama Tajfanés. (1 Reyes 11, 19)

  • Estando en Egipto, Hadad recibió noticias de que David había muerto y que también había muerto Joab, jefe del ejército. Dijo entonces Hadad a Faraón: «Déjame partir para ir a mi tierra.» (1 Reyes 11, 21)

  • Faraón le contestó: «¿Qué te falta estando a mi lado para que quieras irte a tu tierra?» El respondió: «Nada, pero déjame partir.» Así, pues, Hadad llegó a ser un adversario: reinaba en Edom y odiaba a Israel. (1 Reyes 11, 22)

  • Sacó entonces Asá toda la plata y el oro que quedaban en los tesoros de la Casa de Yavé y en los tesoros de la casa del rey, se lo dio a uno de sus servidores y lo mandó a Ben-Hadad, hijo de Tabrimón, hijo de Hezión, rey de Aram, que habitaba en Damasco, para que le dijera: (1 Reyes 15, 18)

  • Ben-Hadad escuchó al rey Asá y envió a sus oficiales contra las ciudades de Israel, conquistando Iyón, Dan y Abel-Beet-Maacá, todo el Quineret y toda la tierra de Neftalí. (1 Reyes 15, 20)

  • Ben-Hadad, rey de Aram, reunió a sus treinta y dos príncipes con todo su ejército, su caballería y sus carros y subió con ellos para sitiar a Samaria y apoderarse de ella. (1 Reyes 20, 1)

  • «Esto te dice Ben-Hadad: tu plata y tu oro son para mí, y también quiero lo mejor de tus mujeres y de tus hijos.» (1 Reyes 20, 3)

  • Entonces el rey de Israel convocó a todos sus oficiales para decirles: «Reconozcan que Ben-Hadad tiene malas intenciones, pues cuando pidió mi plata y mi oro, mis mujeres y mis hijos, no se los negué.» (1 Reyes 20, 7)


“Seja paciente e espere com confiança o tempo do Senhor”. São Padre Pio de Pietrelcina