Znaleziono 45 Wyniki dla: Pruebas

  • Si el Dios de mi padre, el Dios de Abrahán y Dios Terrible de Isaac, no me hubiera asistido, con toda seguridad que tú me habrías despedido con las manos vacías. Pero Dios ha visto mis pruebas y el trabajo de mis manos y por eso anoche pronunció su sentencia.» (Génesis 31, 42)

  • ¿Acaso algún dios ha intentado tomarse un pueblo y sacarlo de en medio de otro pueblo a fuerza de pruebas y de señales, de milagros y de combates, actuando con mano firme y dando grandes golpes, realizando esas cosas grandes que Yavé hizo por ustedes en Egipto y que tú viste con tus propios ojos? (Deuteronomio 4, 34)

  • de aquellas terribles pruebas que vieron tus ojos, y de los prodigios y señales, de la mano fuerte y de los grandes golpes con que te libertó Yavé, tu Dios. (Deuteronomio 7, 19)

  • Vean, pues, ahí las pruebas de la virginidad de mi hija.» Y extenderán el paño delante de los jueces de la ciudad. (Deuteronomio 22, 17)

  • Pero si es verdad lo que el hombre dice, y no aparecen las pruebas de su virginidad, (Deuteronomio 22, 20)

  • Todo el pueblo, desde Dan hasta Bersebá, supo que Samuel había dado pruebas de que era profeta de Yavé. Helí era ya muy viejo y sus hijos se portaban cada vez peor a los ojos de Yavé; (1 Samuel 3, 20)

  • Después de todas estas pruebas de fidelidad de Ezequías vino Senaquerib, rey de Asur, invadió Judá, sitió dos ciudades fortificadas y mandó derribar las murallas. (2 Crónicas 32, 1)

  • Recuerden lo que hizo con Abraham, las pruebas por las que hizo pasar a Isaac, lo que le sucedió a Jacob en Mesopotamia de Siria cuando pastoreaba el rebaño de Labán, hermano de su madre. (Judit 8, 26)

  • mis pruebas me dejan angustiado porque entiendo que tú me condenas. (Job 9, 28)

  • Job vivió todavía ciento cuarenta años después de sus pruebas, (Job 42, 16)

  • Impusiste a tu pueblo duras pruebas, nos diste a beber vino embriagante. (Salmos 60, 5)

  • No comparten las penurias de los hombres ni les tocan pruebas como a los demás. (Salmos 73, 5)


“Desapegue-se daquilo que não é de Deus e não leva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina