Znaleziono 140 Wyniki dla: desgracia

  • A veces se saca provecho de la adversidad, y otras veces, la suerte acaba en desgracia. (Eclesiástico 20, 9)

  • La vergüenza de un padre es tener un hijo mal educado, y si es una hija, viene al mundo para su desgracia. (Eclesiástico 22, 3)

  • ¡Cualquier desgracia, menos la causada por el odio! ¡Cualquier venganza, menos la de un enemigo! (Eclesiástico 25, 14)

  • En la desgracia la tristeza es permanente, y el corazón maldice una vida miserable. (Eclesiástico 38, 19)

  • Su descaro atestigua contra ellos, y como Sodoma publican su pecado, ¡no lo ocultan! ¡Ay de ellos, porque son los causantes de su propia desgracia! (Isaías 3, 9)

  • Sin embargo, él también es sabio: hace venir la desgracia y no revoca su palabra, se levanta contra la casa de los malvados y contra la ayuda de los malhechores. (Isaías 31, 2)

  • Yo formo la luz y creo las tinieblas, hago la felicidad y creo la desgracia: yo, el Señor, soy el que hago todo esto. (Isaías 45, 7)

  • Pero te va a suceder una desgracia, que no sabrás conjurar; va a caer sobre ti un desastre, que no podrás aplacar; te va a sobrevenir de improviso una catástrofe que no imaginabas. (Isaías 47, 11)

  • Entonces el Señor me dijo: "Del Norte se desencadenará la desgracia contra todos los habitantes del país. (Jeremías 1, 14)

  • Israel era algo sagrado para el Señor, las primicias de su cosecha: todos los que comían de él se hacían culpables, les sobrevenía una desgracia -oráculo del Señor- . (Jeremías 2, 3)

  • los que dicen a un trozo de madera: "¡Tú me has dado a luz!". Porque ellos me vuelven la espalda, no la cara, y después, en el tiempo de su desgracia, dicen: "¡Levántate y sálvanos!". (Jeremías 2, 27)

  • ¿Dónde están tus dioses, esos que te has fabricado? ¡Que se levanten, si es que pueden salvarte en el tiempo de tu desgracia! Porque tan numerosos como tus ciudades son tus dioses, Judá. (Jeremías 2, 28)


Como distinguir uma tentação de um pecado e como estar certo de que não se pecou? – perguntou um penitente. Padre Pio sorriu e respondeu: “Como se distingue um burro de um homem? O burro tem de ser conduzido; o homem conduz a si mesmo!” São Padre Pio de Pietrelcina