Znaleziono 29 Wyniki dla: Persia

  • Envió, además, Nabucodonosor, rey de Asiria, mensajeros a todos los habitantes de Persia, y a todos los habitantes de Occidente: a los de Cilicia, Damasco, el Líbano y el Antilíbano, y a todos los que viven en el litoral, (Judit 1, 7)

  • Hallándose, pues, en tan grave aprieto, resolvió ir a Persia a recoger los tributos de aquellas provincias y reunir mucho dinero. (I Macabeos 3, 31)

  • El rey Antíoco, en su recorrido por la región alta, tuvo noticia de que había una ciudad en Persia, llamada Elimaida, famosa por sus riquezas, su plata y su oro. (I Macabeos 6, 1)

  • Todavía se hallaba en Persia, cuando llegó un mensajero anunciándole la derrota de las tropas enviadas a la tierra de Judá. (I Macabeos 6, 5)

  • había vuelto de Persia y Media y con él las tropas que acompañaron al rey, y que trataba de hacerse con la dirección del gobierno. (I Macabeos 6, 56)

  • Pero al enterarse Arsaces, rey de Persia y Media, de que Demetrio había entrado en su término, mandó a uno de sus generales para capturarle vivo. (I Macabeos 14, 2)

  • Pues, cuando llegó a Persia su jefe acompañado de un ejército, al parecer invencible, fueron desbaratados en el templo de Nanea, gracias al engaño tramado por los sacerdotes de Nanea. (II Macabeos 1, 13)

  • Pues, cuando nuestros padres fueron llevados a Persia, los sacerdotes piadosos de entonces, habiendo tomado fuego del altar, lo escondieron secretamente en una concavidad semejante a un pozo seco, en el que tan a seguro lo dejaron, que el lugar quedó ignorado de todos. (II Macabeos 1, 19)

  • Pasados muchos años, cuando a Dios le plugo, Nehemías, enviado por el rey de Persia, mandó que buscaran el fuego los descendientes de los sacerdotes que lo habían escondido; (II Macabeos 1, 20)

  • Sucedió por este tiempo que Antíoco hubo de retirarse desordenadamente de las regiones de Persia. (II Macabeos 9, 1)

  • En cuanto a mí, me encuentro postrado sin fuerza en mi lecho, con un amistoso recuerdo de vosotros. A mi vuelta de las regiones de Persia, contraje una molesta enfermedad y he considerado necesario preocuparme de vuestra seguridad común. (II Macabeos 9, 21)

  • Los de Persia, de Lud y de Put servían en tu ejército como hombres de guerra; suspendían en ti el escudo y el yelmo, te daban esplendor. (Ezequiel 27, 10)


“O amor sem temor torna-se presunção.” São Padre Pio de Pietrelcina