22. Y al ver todo su suelo devastado por el azufre y la sal, donde no se siembra ni crece nada, ni brota ninguna hierba -como sucedió en la catástrofe de Sodoma y Gomorra, de Admá y Seboím, a las que el Señor destruyó en su ira y su furor-





“Como é belo esperar!” São Padre Pio de Pietrelcina