Exodo, 40

18. Para ello, Moisés asentó sus bases, colocó sus bastidores, dispuso sus travesaños y levantó sus columnas.

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Exodus 40 dice la conclusión de la construcción del Tabernáculo, seguida de su ensamblaje y consagración. Moisés sigue las instrucciones dadas por Dios y ensambla el tabernáculo justo cuando se le ordenó, y la gloria del Señor llena el espacio sagrado. A continuación hay cinco versículos relacionados con los temas abordados en Exodus 40:

Números 9:15-16: "El día en que se erigió el tabernáculo, la nube la cubrió, es decir, la carpa de testimonio; y de la tarde a la mañana, había en el tabernáculo como una aparición en el fuego. Entonces sucedió regularmente : La nube cubre el día, y por la noche parecía haber fuego ". Este versículo informa la presencia constante de la gloria de Dios en el Tabernáculo, que es un tema central del Éxodo 40.

Levítico 8:10-11: "Entonces Moisés tomó el aceite de la unción y ungió el Tabernáculo y todo lo que había en él, consagrándolos. Con siete veces ungido, roció el altar y ungió el altar y todos sus utensilios y la cuenca con su base, consagrándolos ". Este versículo describe la consagración del tabernáculo y sus utensilios, como se describe en Éxodo 40.

Salmo 26:8: "Señor, me encanta el lugar de tu vivienda, el tabernáculo donde habita tu gloria". Este salmo expresa amor y adoración por el tabernáculo y la presencia de Dios en él.

Juan 1:14: "Y la palabra se convirtió en carne, y habitó entre nosotros, llena de gracia y verdad; y hemos visto su gloria, como la gloria del Padre solo ha engendrado". Este versículo se refiere a la vivienda de Dios entre los seres humanos, que es un tema relacionado con la presencia de Dios en el Tabernáculo.

Hebreos 9:11: "Pero Cristo, habiendo venido como sumo sacerdote de los productos ya realizados, a través del tabernáculo más grande y perfecto, no realizado por las manos, es decir, no de esta creación". Este versículo hace una comparación entre el tabernáculo terrenal construido por Moisés y el tabernáculo celestial que es la vivienda de Dios, lo que sugiere una conexión entre los temas de Éxodo 40 y la obra redentora de Cristo.