Génesis, 42

32. También le dijimos que éramos doce hermanos, pero que uno ya no vivía, y que nuestro hermano menor estaba en ese momento en Canaán, al lado de nuestro padre.

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Génesis 42 narra la historia de los hermanos de Joseph yendo a Egipto a comprar comida durante el hambre que golpeó la tierra de Canaán. Al llegar allí, Joseph los recibe, que ahora es un oficial importante de Faraón y que, sin que ellos sepan, es su hermano durante mucho tiempo perdido. Los temas cubiertos incluyen el arrepentimiento, el perdón, la providencia de Dios y la restauración de las relaciones familiares.

Salmo 32:5: "Confieso mi pecado y mi maldad no me cubrí. Los hermanos de Joseph finalmente confiesan lo que le hicieron, mostrando arrepentimiento por sus pecados. Este versículo destaca la importancia de la confesión y el arrepentimiento genuino para recibir el perdón de Dios.

Proverbios 28:13: "Lo que cubre sus transgresiones nunca prosperará; pero lo que los confiesa y los deja alcanzará la misericordia". Este versículo habla sobre la necesidad de confesar nuestros pecados y dejarlos atrás en lugar de tratar de esconderlos o negarlos. Esto es algo que enfrentan los hermanos de Joseph cuando se enfrentan a su culpa.

Romanos 8:28: "Y sabemos que todas las cosas contribuyen juntas al bien de los que aman a Dios, a los que son llamados de acuerdo con su propósito". La venta de José como esclavo y su posterior ascenso al poder en Egipto formaron parte del plan de Dios para usarlo para salvar a su familia del hambre. Este versículo destaca la verdad de que Dios trabaja todas las cosas por el bien de quienes lo aman.

Efesios 4:32: "Antes, sed de uno a otro benigno, misericordioso, perdonándose unos a otros, como Dios te ha perdonado en Cristo". Joseph elige perdonar a sus hermanos por lo que le hicieron, mostrándoles la misma misericordia que Dios le mostró. Este versículo nos recuerda la importancia de perdonar a aquellos que nos han lastimado y muestra el perdón como una forma de restaurar las relaciones rotas.

Santiago 5:16: "Confiesa, por lo tanto, tus pecados el uno al otro y rezan por el otro, para ser sanados. La oración hecha por un justo puede mucho en sus efectos". Este versículo destaca la importancia de apoyarse mutuamente en la búsqueda del perdón y la restauración. La confesión y el intercambio de nuestras cargas entre sí pueden conducir a la curación y la restauración de relaciones rotas.