13. Y Además de Hebrón -que era una ciudad de refugio para los homicidas- los israelitas dieron a los descendientes del sacerdote Aarón las ciudades de Libná,





“É sempre necessário ir para a frente, nunca para trás, na vida espiritual. O barco que pára em vez de ir adiante é empurrado para trás pelo vento.” São Padre Pio de Pietrelcina