1. Y Yahveh se dirigió a Job y le dijo:

2. ¿Cederá el adversario de Sadday? ¿El censor de Dios va a replicar aún?

3. Y Job respondió a Yahveh:

4. ¡He hablado a la ligera: ¿qué voy a responder? Me taparé la boca con mi mano.

5. Hablé una vez..., no he de repetir; dos veces..., ya no insistiré.

6. Yahveh respondió a Job desde el seno de la tempestad y dijo:

7. Ciñe tus lomos como un bravo: voy a preguntarte y tú me instruirás.

8. ¿De verdad quieres anular mi juicio?, para afirmar tu derecho, ¿me vas a condenar?

9. ¿Tienes un brazo tú como el de Dios? ¿truena tu voz como la suya?

10. ¡Ea, cíñete de majestad y de grandeza, revístete de gloria y de esplendor!

11. ¡Derrama la explosión de tu cólera, con una mirada humilla al arrogante!

12. ¡Con una mirada abate al orgulloso, aplasta en el sitio a los malvados!

13. ¡Húndelos juntos en el suelo, cierra sus rostros en el calabozo!

14. ¡Y yo mismo te rendiré homenaje, por la victoria que te da tu diestra!

15. Mira a Behemot, creatura mía, como tú. Se alimenta de hierba como el buey.

16. Mira su fuerza en sus riñones, en los músculos del vientre su vigor.

17. Atiesa su cola igual que un cedro, los nervios de sus muslos se entrelazan.

18. Tubos de bronce son sus vértebras; sus huesos, como barras de hierro.

19. Es la primera de las obras de Dios: su autor le procuró su espada;

20. los montes le aportan un tributo, y todas las fieras que retozan en ellos.

21. Bajo los lotos se recuesta, en escondite de cañas y marismas.

22. Los lotos le recubren con su sombra, los sauces del torrente le rodean.

23. Si el río va bravo, no se inquieta, firme está aunque un Jordán le llegue hasta la boca.

24. ¿Quién, pues, podrá prenderle por los ojos, taladrar su nariz con punzones?

25. Y a Leviatán, ¿le pescarás tú a anzuelo, sujetarás con un cordel su lengua?

26. ¿Harás pasar por su nariz un junco? ¿taladrarás con un gancho su quijada?

27. ¿Te hará por ventura largas súplicas? te hablará con timidez?

28. ¿Pactará contigo un contrato de ser tu siervo para siempre?

29. ¿Jugarás con él como con un pájaro, o lo atarás para juguete de tus niñas?

30. ¿traficarán con él los asociados? ¿se le disputarán los mercaderes?

31. ¿Acribillarás su piel de dardos? ¿clavarás con el arpón su cabeza?

32. Pon sobre él tu mano: ¡al recordar la lucha no tendrás ganas de volver!





“As almas não são oferecidas como dom; compram-se. Vós ignorais quanto custaram a Jesus. É sempre com a mesma moeda que é preciso pagá-las”. São Padre Pio de Pietrelcina