II Crónicas, 30

14. Destruyeron los altares que había en Jerusalén para los sacrificios y para el incienso y los tiraron al torrente Cedrón.

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2 Crónicas 30 cuenta la historia de Ezequías, rey de Judá, llamando a la gente para celebrar la Pascua en el Templo de Jerusalén. Ezequías reconoció que la gente se había alejado de los caminos de Dios y decidió renovar el compromiso de Judá con el Señor. Envió mensajeros en todo el país, invitando a los israelitas a unirse a él en la celebración de Pascua en Jerusalén. Aquí hay cinco versos relacionados con los temas de este capítulo:

Éxodo 12:14: "Este día será un monumento a ti que celebrará como una fiesta solemne para el Señor; de generación en generación lo celebrarás por estatus perpetuo". Este versículo habla sobre la celebración de la Pascua, que fue un monumento de liberación que Dios dio a los israelitas de la esclavitud en Egipto. La Pascua fue una celebración importante para el pueblo de Dios, y Ezequías quería renovar su observancia.

Deuteronomio 30:2: "Y regresarás al Señor tu Dios, y escucharás su voz de acuerdo con todo lo que te ordene hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma". Este versículo habla sobre el arrepentimiento y el regreso a Dios, que fue el objetivo de Ezequías para convocar a la gente para celebrar la Pascua. Quería que la gente de Judá renovara su compromiso con Dios y se volviera hacia él con todo su corazón.

2 Crónicas 15:12-13: "Y han entrado en un acuerdo para buscar al Señor Dios de sus padres, todo su corazón y toda su alma. Desde el pequeño hasta los grandes, tanto hombres como mujeres". Este versículo habla sobre la importancia de buscar a Dios con todo su corazón, que era exactamente lo que Hezequías estaba pidiendo a la gente de Judá que celebrara la Pascua.

Salmo 34:18: "Cerca del Señor de aquellos que tienen un corazón roto y salvan el contrito del espíritu". Este versículo habla de la naturaleza misericordiosa de Dios para aquellos que se arrepienten y tienen un corazón roto delante de él. Ezequías sabía que la única forma de Judá de reconciliarse con Dios era a través del arrepentimiento y la humildad.

Isaías 55:6: "Busca al Señor siempre que uno pueda encontrar, invocarlo mientras esté cerca". Este versículo habla sobre la necesidad de buscar a Dios mientras se puede encontrar. Ezequías sabía que la oportunidad de arrepentirse y recurrir a Dios podría perderse si el pueblo de Judá no respondiera a su invitación para celebrar la Pascua. Quería que la gente buscara a Dios mientras todavía había tiempo.