28. Eliab, su hermano mayor, al oírlo hablar así con la gente, se indignó contra David y le dijo: «¿Por qué has venido aquí y a quién dejaste el rebaño en el desierto? Conozco tu atrevimiento y tu maldad.





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina