41. Cuando ya los soldados estaban a punto de ocupar la torre y forzar la puerta de entrada (ya mandaban a buscar fuego para incendiarla), Razis, rodeado por todas partes, se hirió en el vientre con su espada.





“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina