4. Por la fe de Abel, su sacrificio fue mejor que el de su hermano Caín. Por eso fue considerado justo, como Dios lo dio a entender aprobando sus ofrendas. Y aun después de muerto, por su fe sigue clamando.





“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina