22. Cada mujer pida a su vecina o a la persona que comparte su casa objetos de plata y oro y también vestidos; sus hijos e hijas se los pondrán, y así dejarán sin nada a los egipcios.»





“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina