24. "Hijo de hombre, traza dos caminos para la espada del rey de Babilonia. Los dos salen del mismo punto, pero tú pon allí un letrero para que la espada pueda elegir entre los dos caminos, cada uno de los cuales lleva a una ciudad: o Rabba de los Amonitas o Judá, con Jerusalén en el centro.





“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina