20. Hasta las bestias del campo se vuelven a ti ávidas porque se han secado los arroyos y el fuego ha devorado los prados del llano.





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina