49. Ofreció una fuente de plata de ciento treinta siclos, un platillo de setenta siclos de peso, en siclos del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para la oblación;





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina