Encontrados 35 resultados para: �Estaré

  • Serás forastero en esa tierra, pero yo estaré contigo y te bendeciré. Pues quiero darte a ti y a tus descendientes todas estas tierras, cumpliendo así el juramento que hice a tu padre Abrahán. (Génesis 26, 3)

  • Entonces Yavé dijo a Jacob: "Regresa a tu patria, a la tierra de tus padres, pues yo estaré contigo.» (Génesis 31, 3)

  • Todos sus hijos e hijas acudieron a consolarlo, pero él no quería ser consolado, y decía: «Estaré todavía de duelo cuando descienda donde mi hijo al lugar de las Sombras.» Y su padre lo lloró. (Génesis 37, 35)

  • Tú estarás al frente de toda mi casa, y todo mi pueblo obedecerá tus órdenes. Solamente yo estaré por encima de ti.» (Génesis 41, 40)

  • Anda ya, que yo estaré en tu boca y te enseñaré lo que has de hablar.» (Exodo 4, 13)

  • y yo les enseñaré todo lo que han de hacer, pues estaré en tu boca cuando tú le hables, y en la suya cuando él lo transmita. (Exodo 4, 16)

  • Yo estaré allá delante de ti, sobre la roca. Golpearás la roca y de ella saldrá agua, y el pueblo tendrá para beber.» Moisés lo hizo así, en presencia de los jefes de Israel. (Exodo 17, 6)

  • Moisés dijo a Josué: «Elígete algunos hombres y marcha a pelear contra los amalecitas. Yo, por mi parte, estaré mañana en lo alto de la loma, con el bastón de Dios en mi mano.» (Exodo 17, 9)

  • Luego dio orden a Josué, hijo de Nun: «Sé valiente y firme, porque tú llevarás a los hijos de Israel a la tierra que les tengo prometida, y yo estaré contigo.» (Deuteronomio 31, 23)

  • Mientras vivas nadie te resistirá. Estaré contigo como lo estuve con Moisés; no te dejaré ni te abandonaré. (Josué 1, 5)

  • Israel ya no hará frente a sus enemigos, sino que huirá de ellos, pues ha llegado a ser anatema. Yo no estaré más con ellos hasta que hayan expulsado de entre ustedes esta maldición. (Josué 7, 12)

  • Yavé le respondió: «Yo estaré contigo y tú derrotarás al pueblo de Madián de una sola vez.» (Jueces 6, 16)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina