Encontrados 2016 resultados para: Amo

  • Tiempo después, Dios quiso probar a Abrahán y lo llamó: «Abrahán.» Respondió él: «Aquí estoy». (Génesis 22, 1)

  • Se levantó Abrahán de madrugada, ensilló su burro, llamó a dos muchachos para que lo acompañaran, y tomó consigo a su hijo Isaac. Partió leña para el sacrificio y se puso en marcha hacia el lugar que Dios le había indicado. (Génesis 22, 3)

  • Entonces dijo a los muchachos: «Quédense aquí con el burro. El niño y yo nos vamos allá arriba a adorar, y luego volveremos donde ustedes.» (Génesis 22, 5)

  • Entonces Isaac dijo a Abrahán: «Padre mío.» Le respondió: «¿Qué hay, hijito?» Prosiguió Isaac: «Llevamos el fuego y la leña, pero, ¿dónde está el cordero para el sacrificio?» (Génesis 22, 7)

  • pero el Angel de Dios lo llamó desde el cielo y le dijo: «Abrahán, Abrahán.» Contestó él: «Aquí estoy.» (Génesis 22, 11)

  • Abrahán llamó a aquel lugar «Yavé provee». Y todavía hoy la gente dice: «En ese monte Yavé provee». (Génesis 22, 14)

  • Cuando acabaron de beber los camellos, él sacó un anillo de oro de seis gramos y se lo puso a la joven en las narices. Luego tomó para sus brazos dos brazaletes de oro de unos sesenta gramos,. (Génesis 24, 22)

  • diciendo: «Bendito sea Yavé, Dios de mi señor Abrahán, pues ha mostrado una vez más su bondad y fidelidad para con mi patrón, y me ha conducido a la casa del hermano de mi amo.» (Génesis 24, 27)

  • Yavé ha bendecido y enriquecido a mi amo. Le ha dado ganado, ovejas, plata y oro, servidores y sirvientas, camellos y burros. (Génesis 24, 35)

  • Ellos le dijeron: «Llamemos entonces a la joven y pidámosle su parecer.» (Génesis 24, 57)

  • Isaac llevó a Rebeca a la tienda que había sido de su madre Sara. La hizo suya y fue su esposa. La amó y así se consoló por la muerte de su madre. (Génesis 24, 67)

  • Pero los pastores de Guerar riñeron con los pastores de Isaac diciendo que el agua era de ellos. Por eso Isaac llamó a ese pozo Esec, ya que se habían peleado por él. (Génesis 26, 20)


“Nas tentações, combata com coragem! Nas quedas, humilhe-se mas não desanime!” São Padre Pio de Pietrelcina