Encontrados 542 resultados para: Carro de Fuego

  • Si lo que has construido resiste al fuego, serás premiado. (1º Carta a los Corintios 3, 14)

  • Pero si la obra se convierte en cenizas, el obrero tendrá que pagar. Se salvará, pero no sin pasar por el fuego. (1º Carta a los Corintios 3, 15)

  • ¿Quién vacila que yo no vacile con él? ¿Quién se viene abajo sin que un fuego me devore? (2º Carta a los Corintios 11, 29)

  • pero la que produce zarzas y espinas pierde su valor; un poco más y la maldicen, y terminarán por prenderle fuego. Sigamos firmes en nuestra esperanza (Carta a los Hebreos 6, 8)

  • solamente queda la perspectiva tremenda del juicio y del fuego que devorará a los rebeldes. (Carta a los Hebreos 10, 27)

  • apagaron la violencia del fuego, escaparon del filo de la espada, sanaron de enfermedades, se mostraron valientes en la guerra y rechazaron a los invasores extranjeros. (Carta a los Hebreos 11, 34)

  • Recuerden su iniciación. No hubo aquel fuego físico que ardía junto a la nube oscura y la tempestad, (Carta a los Hebreos 12, 18)

  • pues nuestro Dios es fuego devorador. (Carta a los Hebreos 12, 29)

  • La lengua es un fuego, y es un mundo de maldad; rige nuestro organismo y mancha a toda la persona: el fuego del infierno se mete en ella y lo transmite a toda nuestra vida. (Carta de Santiago 3, 6)

  • su oro y su plata se han oxidado. El óxido se levanta como acusador contra ustedes y como un fuego les devora las carnes. ¿Cómo han atesorado, si ya eran los últimos tiempos? (Carta de Santiago 5, 3)

  • Si el oro debe ser probado pasando por el fuego, y es sólo cosa pasajera, con mayor razón su fe, que vale mucho más. Esta prueba les merecerá alabanza, honor y gloria el día en que se manifieste Cristo Jesús. (1º Carta de Pedro 1, 7)

  • Queridos hermanos, no se sorprendan por el fuego que ha prendido en medio de ustedes para ponerlos a prueba. No es algo insólito lo que les sucede. (1º Carta de Pedro 4, 12)


“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraco com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina