Encontrados 40 resultados para: Conversión de Saulo

  • «En la conversión y en la calma estaba su salvación, y su seguridad, en una perfecta confianza. (Isaías 30, 15)

  • Muestren los frutos de una sincera conversión, pues de nada les sirve decir: "Abrahán es nuestro padre". (Evangelio según San Mateo 3, 8)

  • Yo los bautizo en el agua, y es el camino a la conversión. Pero después de mí viene uno con mucho más poder que yo, - yo ni siquiera merezco llevarle las sandalias - él los bautizará en el Espíritu Santo y el fuego. (Evangelio según San Mateo 3, 11)

  • Este es un pueblo de conciencia endurecida. Sus oídos no saben escuchar, sus ojos están cerrados. No quieren ver con sus ojos, ni oír con sus oídos y comprender con su corazón. Pero con eso habría conversión y yo los sanaría. (Evangelio según San Mateo 13, 15)

  • Es así como Juan el Bautista empezó a bautizar en el desierto. Allí predicaba bautismo y conversión, para alcanzar el perdón de los pecados. (Evangelio según San Marcos 1, 4)

  • Fueron, pues, a predicar, invitando a la conversión. (Evangelio según San Marcos 6, 12)

  • Juan empezó a recorrer toda la región del río Jordán, predicando bautismo y conversión, para obtener el perdón de los pecados. (Evangelio según San Lucas 3, 3)

  • Produzcan los frutos de una sincera conversión, pues no es el momento de decir: "Nosotros somos hijos de Abraham". Yo les aseguro que Dios puede sacar hijos de Abraham también de estas piedras. (Evangelio según San Lucas 3, 8)

  • Dios lo exaltó y lo puso a su derecha como Jefe y Salvador, para dar a Israel la conversión y el perdón de los pecados. (Hecho de los Apóstoles 5, 31)

  • Los testigos habían dejado sus ropas a los pies de un joven llamado Saulo. (Hecho de los Apóstoles 7, 58)

  • Saulo estaba allí y aprobaba el asesinato. Este fue el comienzo de una gran persecución contra la Iglesia de Jerusalén. Todos, excepto los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaría. (Hecho de los Apóstoles 8, 1)

  • Saulo, por su parte, trataba de destruir a la Iglesia. Entraba casa por casa, hacía salir a hombres y mujeres y los metía en la cárcel. (Hecho de los Apóstoles 8, 3)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina