Encontrados 137 resultados para: Enemigo
David y sus hombres estaban sentados en el fondo de la cueva. Estos le dijeron: «Mira. Ha llegado el día que te anunció Yavé cuando te hizo esta promesa: Entregaré a tu enemigo en tus manos y tú lo tratarás como te parezca.» David se levantó, y silenciosamente cortó la punta del manto de Saúl. (1 Samuel 24, 5)
¿Qué hombre que encuentra a su enemigo le permite seguir su camino en paz? Que Yavé te recompense por lo que hoy has hecho conmigo. (1 Samuel 24, 19)
Entonces Abisay dijo a David: «Dios ha puesto hoy en tus manos a tu enemigo. Déjame ahora mismo clavarlo en tierra de una sola lanzada; no será necesario repetir el golpe.» (1 Samuel 26, 8)
David pasó al otro lado y se colocó en la cumbre del cerro, quedando un gran espacio entre él y el campamento enemigo. (1 Samuel 26, 13)
Cada uno tomó a su enemigo por la cabeza y le clavó la espada en el costado; así murieron todos a la vez. Por eso se llamó a aquel lugar «Campo de los Costados», y está cerca de Gabaón. (2 Samuel 2, 16)
Presentaron la cabeza a David en Hebrón diciéndole: «Aquí tienes la cabeza de Isbaal, hijo de Saúl, tu enemigo, el que deseaba tu muerte. Yavé te ha vengado hoy de Saúl y de su descendencia.» (2 Samuel 4, 8)
envió a su hijo Hadoram al rey David, para sa ludarlo y felicitarlo por haber atacado y vencido a Hadadezer, ya que éste era enemigo de Tou. Hadoram llevaba objetos de plata, de oro y de bronce. (2 Samuel 8, 10)
Me libra del enemigo poderoso, de mis adversarios, demasiado fuertes para mí. (2 Samuel 22, 18)
Cuando haya hambre en el país, cuando haya peste, plaga del trigo, langosta o pulgón, cuando el enemigo tenga sitiada una de sus ciudades, en toda calamidad y enfermedad, escúchalos. (1 Reyes 8, 37)
Cuando pequen contra ti, pues no hay hombre que no peque, y tú irritado contra ellos los entregues al enemigo, y sus vencedores los lleven al país enemigo, lejano o próximo, (1 Reyes 8, 46)
Ajab dijo a Elías: «¡Me encuentras aquí, enemigo mío!» Este respondió: «Aquí te encuentro, porque tú has actuado como un pérfido y has hecho lo que no le gusta a Yavé. (1 Reyes 21, 20)
Si Israel, tu pueblo, es vencido por el enemigo por haber pecado contra ti, pero se vuelven ellos y alaban tu nombre, rezando y suplicando ante ti en esta Casa, (2 Crónicas 6, 24)