Encontrados 84 resultados para: Eterna

  • Dará vida eterna a quien haya seguido el camino de la gloria, del honor y la inmortalidad, siendo constante en hacer el bien; (Carta a los Romanos 2, 7)

  • Y del mismo modo que el pecado estableció su reinado de muerte, así también debía reinar la gracia y, después de restablecernos en la amistad con Dios, nos llevará a la vida eterna por medio de Cristo Jesús, nuestro Señor. (Carta a los Romanos 5, 21)

  • Ahora, en cambio, siendo libres del pecado y sirviendo a Dios, trabajan para su propia santificación, y al final está la vida eterna. (Carta a los Romanos 6, 22)

  • El pecado paga un salario y es la muerte. La vida eterna, en cambio, es el don de Dios en Cristo Jesús, nuestro Señor. (Carta a los Romanos 6, 23)

  • No se pueden equiparar esas ligeras pruebas que pasan aprisa con el valor formidable de la gloria eterna que se nos está preparando. (2º Carta a los Corintios 4, 17)

  • El que siembra en el espíritu, cosechará del espíritu la vida eterna. (Carta a los Gálatas 6, 8)

  • Serán condenados a la perdición eterna, lejos del rostro del Señor y de su Gloria irresistible. (2º Carta a los Tesalonicenses 1, 9)

  • Por esa razón fui perdonado, para que en mí se manifestara en primer lugar toda la generosidad de Cristo Jesús, y fuera así un ejemplo para todos los que han de creer en él y llegar a la vida eterna. (1º Carta a Timoteo 1, 16)

  • Pelea el buen combate de la fe, conquista la vida eterna a la que has sido llamado y por la que hiciste tu hermosa declaración de fe en presencia de numerosos testigos. (1º Carta a Timoteo 6, 12)

  • Por eso lo soporto todo por el bien de los elegidos, para que también ellos alcancen la salvación que se nos dio en Cristo Jesús y participen de la gloria eterna. (2º Carta a Timoteo 2, 10)

  • Esperamos la vida eterna que nos había prometido desde siempre el Dios que no miente jamás. (Carta a Tito 1, 2)

  • Habiendo sido reformados por gracia, esperamos ahora nuestra herencia, la vida eterna. (Carta a Tito 3, 7)


“Façamos o bem, enquanto temos tempo à nossa disposição. Assim, daremos glória ao nosso Pai celeste, santificaremos nós mesmos e daremos bom exemplo aos outros.” São Padre Pio de Pietrelcina