Encontrados 67 resultados para: Gat

  • Entonces hicieron llamar a los jefes de las ciudades de los filisteos y les dijeron: «¿Qué haremos con el Arca del Dios de Israel?» Ellos decidieron que el Arca del Dios de Israel se trasladara a Gat, y la llevaron allí. (1 Samuel 5, 8)

  • Pero apenas entró en Gat, la mano de Yavé se dejó sentir sobre la ciudad, provocando gran terror a toda la gente; desde el más pequeño hasta el mayor fueron castigados, saliéndoles tumores. (1 Samuel 5, 9)

  • Las ciudades de los filisteos que ofrecieron los tumores de oro en reparación a Yavé son éstas: Asdod, Gaza, Ascalón, Gat y Acarón; (1 Samuel 6, 17)

  • las ciudades que habían tomado a los israelitas fueron devueltas a Israel, desde Acarón hasta Gat; Israel liberó su territorio del dominio de los filisteos. También hubo paz entre Israel y los amorreos. (1 Samuel 7, 14)

  • Salió de entre las filas filisteas un guerrero llamado Goliat. Era de la ciudad de Gat y medía alrededor de tres metros de altura. (1 Samuel 17, 4)

  • Mientras estaba conversando con ellos salió Goliat, el filisteo de Gat, a lanzar su desafío. (1 Samuel 17, 23)

  • Los hombres de Israel y de Judá se pusieron en movimiento y, lanzando el grito de guerra, persiguieron a los filisteos hasta la entrada de Gat y hasta las puertas de Acarón. Y los cadáveres de los filisteos quedaron esparcidos por todo el camino, desde Saarayim hasta Gat y Acarón. (1 Samuel 17, 52)

  • Ese mismo día se despidió David y huyó de Saúl, yendo donde Aquis, rey de Gat. (1 Samuel 21, 11)

  • David partió con doscientos hombres que tenía donde Aquís, hijo de Maoc, rey de Gat. (1 Samuel 27, 2)

  • Se dio aviso a Saúl que David había huido a Gat, y dejó de buscarlo. (1 Samuel 27, 4)

  • David no dejaba hombre ni mujer c vida, para no tener que llevarlos a Gat, pues decía: «No sea que hablen contra nosotros y nos denuncien a los filisteos.» De esta forma se comportó David todo el tiempo que habitó en el país de los filisteos. (1 Samuel 27, 11)

  • ¡No lo publiquen en Gat, no lo anuncien en las calles de Ascalón, para que no se alegren las mujeres filisteas ni se regocijen las hijas de los infieles! (2 Samuel 1, 20)


“O amor sem temor torna-se presunção.” São Padre Pio de Pietrelcina