Encontrados 131 resultados para: Holocausto
Luego hablarás a los hijos de Israel para decirles: Tomen un macho cabrío para el sacrificio por el pecado y un ternero y un cordero, ambos de un año y sin defecto, para el holocausto; (Levítico 9, 3)
Y Moisés dijo a Aarón: «Acércate al altar y ofrece tu sacrificio por el pecado y tu holocausto, haciendo así la expiación por ti mismo y por los tuyos. También presenta la ofrenda del pueblo y haz la expiación por ellos, como Yavé lo ha ordenado.» (Levítico 9, 7)
Después sacrificó la víctima del holocausto y los hijos de Aarón le presentaron la sangre, que derramó en el altar y alrededor. (Levítico 9, 12)
Le presentaron la víctima del holocausto en trozos, juntamente con la cabeza, y lo quemó todo sobre el altar. (Levítico 9, 13)
Lavó las entrañas y las patas y las quemó encima del holocausto sobre el altar. (Levítico 9, 14)
Ofreció el holocausto como orde na el ritual. (Levítico 9, 16)
Además presentó la oblación: tomando un puñado de ella, la quemó en el altar, encima del holocausto de la mañana. (Levítico 9, 17)
Aarón, levantando las manos hacia el pueblo, lo bendijo, y luego descendió, pues terminaba de ofrecer el sacrificio por el pecado, el holocausto y el sacrificio de comunión. (Levítico 9, 22)
salió fuego de la presencia de Yavé, que consumió el holocausto y las grasas puestas sobre el altar. Todo el pueblo, al verlo, dio gritos de júbilo y cayó rostro en tierra. (Levítico 9, 24)
Aarón respondió a Moisés: «Es cierto que han presentado hoy delante de Yavé su sacrificio por el pecado y su holocausto; pero después de lo que me ha sucedido, si yo hubiera comido hoy de la víctima por el pecado, ¿acaso hubiera sido esto grato a Yavé?» Al escuchar esto Moisés se dio por satisfecho. (Levítico 10, 19)
Al cumplirse los días de su purificación, sea por niño o niña, presentará al sacerdote, a la entrada de la Tienda de las Citas, un cordero de un año como holocausto, y un pichón o una tórtola como sacrificio por el pecado. (Levítico 12, 6)
Si la mujer no puede ofrecer una res menor, ofrecerá dos tórtolas o dos pichones, uno como holocausto y otro como sacrificio por el pecado; el sacerdote hará expiación por ella y quedará pura.» (Levítico 12, 8)