Encontrados 24 resultados para: Lavar

  • Quien toque un asiento sobre el que se ha sentado deberá lavar sus vestidos y luego bañarse, y quedará impuro hasta la tarde. (Levítico 15, 22)

  • Quien los toque quedará impuro; deberá lavar sus vestidos y bañarse, y quedará impuro hasta la tarde. (Levítico 15, 27)

  • El que los queme deberá lavar sus vestidos y bañarse; entonces volverá al campamento. (Levítico 16, 28)

  • Toda persona nacida en el país, o todo forastero que haya comido carne de animal muerto o destrozado deberá lavar sus vestidos y bañarse en agua, y quedará impuro hasta la tarde; después será puro. (Levítico 17, 15)

  • Este será un rito perpetuo. El que rocíe con el agua de purificación tendrá que lavar sus ropas, y el que haya sido tocado por esa agua quedará impuro hasta la tarde. (Números 19, 21)

  • Después de lavar sus vestidos el día séptimo, quedarán puros y podrán volver al campamento.» (Números 31, 24)

  • Ella postrándose en tierra dijo: «No soy más que una esclava para lavar los pies de los que sirven a mi señor David.» (1 Samuel 25, 41)

  • A los que queden de Sión y al resto de Jerusalén se les llamará santos, pues sus nombres fueron escritos para que tengan vida en Jerusalén. El Señor viene para lavar de sus inmundicias a las hijas de Sión, y para limpiar a Jerusalén de la sangre que ha sido derramada en ella, con el soplo de su justicia que es un soplo de fuego. (Isaías 4, 3)

  • En aquel día habrá una fuente siempre corriendo para que los descendientes de David y los habitantes de Jerusalén se puedan lavar de sus pecados e impurezas. (Zacarías 13, 1)

  • Echó agua en un recipiente y se puso a lavar los pies de los discípulos; y luego se los secaba con la toalla que se había atado. (Evangelio según San Juan 13, 5)

  • Cuando llegó a Simón Pedro, éste le dijo: «¿Tú, Señor, me vas a lavar los pies a mí?» (Evangelio según San Juan 13, 6)

  • Por aquellos días enfermó y murió: después de lavar su cuerpo, lo pusieron en la habitación del piso superior. (Hecho de los Apóstoles 9, 37)


“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina