Encontrados 200 resultados para: Levantó

  • Hazme sentir tu amor desde la mañana, pues en ti yo confío; haz que sepa el camino que he de seguir, pues levanto a ti mi alma. (Salmos 143, 8)

  • Levantó la cornamenta de su pueblo, causa de orgullo para todos sus amigos, para Israel, el pueblo que a él se acerca. (Salmos 148, 14)

  • En el año ciento cuarenta y cinco, el día quince del mes de Casleu, Antíoco levantó, sobre el altar del templo, el «abominable ídolo de los invasores». Construyeron también altares a través de todo el país de Judea. (1 Macabeos 1, 54)

  • Este se levantó de madrugada e hizo avanzar su ejército muy envalentonado por el camino de Bet Zacarías. Las tropas se dispusieron para entrar en batalla y se tocaron las trompetas. (1 Macabeos 6, 33)

  • Y empezó el combate. Jonatán levantó su brazo para herir a Báquides, pero éste lo esquivó, echándose hacia atrás. (1 Macabeos 9, 47)

  • Levantó a los humildes de su pueblo, fue observante de la Ley y aniquiló a los renegados y perversos. (1 Macabeos 14, 14)

  • Entonces se levantó Simón para luchar por su nación. Hizo muchos gastos de sus propios bienes para procurar armas y dar un sueldo a los combatientes de su nación. (1 Macabeos 14, 32)

  • Destacó en ella soldados judíos y la fortificó para seguridad de la provincia y de la ciudad, y levantó las murallas de Jerusalén. (1 Macabeos 14, 37)

  • Se les apareció un caballo con una riquísima montura y, sobre él, un terrible jinete; lanzándose con ímpetu levantó contra Heliodoro sus patas delanteras. El jinete parecía tener armadura de oro. (2 Macabeos 3, 25)

  • No había muerto todavía, y encendido en valor, se levantó a pesar de la sangre que perdía por todas partes, y de sus otras heridas, y atravesó corriendo la tropa. Se detuvo sobre una roca abrupta (2 Macabeos 14, 45)

  • Levantó sus ánimos con palabras de la Ley y de los profetas, recordándoles los triunfos anteriores. (2 Macabeos 15, 9)

  • Entonces el Macabeo contempló la muchedumbre que tenía delante y que los combatía con tantas armas diversas, con el apoyo de feroces elefantes; levantó las manos al cielo e invocó al Señor que obra prodigios, pues bien sabía que da la victoria a los que la merecen y que ésta no depende de las armas, sino de la voluntad de Dios. (2 Macabeos 15, 21)


“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina